Autor/es: Magdalena García
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una unidad enraizada
no sólo en los logros humanos
sino en la vida del Dios trino
una unidad visible
no sólo en el asentimiento verbal de las doctrinas
sino en el testimonio de la iglesia congregada
una unidad encarnada
no sólo en las zonas de familiaridad y comodidad,
sino en nuestro compromiso allende las divisiones humanas
una unidad expresada
no sólo en nuestros tratos con pueblos y naciones
sino en nuestra mayordomía de toda la tierra
una unidad proclamada
no sólo entre nuestra propia tradición de fe
sino en nuestras relaciones con gente
de diferentes religiones y creencias
Dios Agrupador,
perdónanos por seguir caminos separados.
Llámanos y sánanos
del malestar de la desunión,
para que tu gloria pueda manifestarse
en toda la creación.
Dios Unificador,
perdónanos por fomentar la rivalidad y la enemistad.
Júntanos y entrelázanos
en un tejido resistente y policromático,
para que tu amor pueda manifestarse
en toda la creación.
© 2016 Magdalena Garcia