"Ya estoy cansada de ser fría y de correr río abajo. Dicen que soy necesaria. Pero yo prefiriría ser hermosa, encender entusiasmos, encender el corazón de los enamorados y ser roja y cálida. Dicen que
yo purifico lo que toco, pero más fuerza purificadora tiene el fuego. Quisiera ser fuego y llama".
Así pensaba en septiembre el agua de río de la montaña. Y, como quería ser fuego,